El arte por exceso
Por fin llegó la primera excursión de 2º de Bachillerato. Todos pensábamos que en este curso no nos dejaban salir de casa; nos fuimos rumbo a Madrid el pasado 17 de marzo a visitar el Museo del Traje, el Reina Sofía y el Prado. Alfonso y Sonia nos acompañaban.
Tras el consiguiente madrugón, nos embarcamos en unas tres horas de bus cargadas de risas, gritos, voces y alguna que otra explicación que iba sonando por el altavoz a la que nadie puso gran ímpetu de atención.
La entrada a un Museo es, quizá, una puerta abierta para imaginar, pensar, recordar, ver historia o incluso conocer antiguas modas. Por ejemplo, en el Museo del Traje, pudimos ver la evolución de la moda a lo largo del tiempo, y sorprendernos al ver que hay cosas que vuelven con el paso de los años, o que jamás cambiaron. Además, la exposición de Tino Casal, era capaz de llevarte a las discotecas de moda de los años ochenta con sus coloridos y atrevidos trajes.
Pasando página a un increíble Museo Reina Sofía debemos destacar la cantidad de sensaciones que pueden aflorar en tu interior solo con ver un cuadro. En este tipo de museos, sí hablamos de “ver un cuadro”, tenemos que pensar en ver más allá de lo que está plasmado con unas pinceladas en un simple lienzo. Quizás haya cuadros que sean mucho más importantes históricamente que otros, pero si te fijas bien, en todos encuentras un sentimiento exteriorizado por el creador de la obra. Por ejemplo, en el Guernica de Picasso, podías ver reflejado el dolor de una ciudad azotada por la guerra, a pesar de lo abstracto que podía ser. Todas las obras de este museo tenían contenido relacionado con el momento en el que se pintaron. Personalmente, puesto que las vanguardias fueron un cambio artístico caracteriza por el énfasis puesto en la innovación y confrontación con las normas estéticas canonizadas, es la parte que más disfrutamos viendo algunos alumnos.
Finalmente, el Museo del Prado, abarca momentos de la historia en los que, varios artistas florecieron siendo reconocidos como tal. Por ejemplo, el inimitable Goya, con pinturas de “El 2 de mayo de 1808”, “La maja desnuda”, o “La familia de Carlos IV” o “Las Meninas” de Velázquez. Este Museo guarda sobretodo contenido histórico, hay muchos retratos de Reyes, familias reales, etc. Tal vez lo que menos destaca es la escultura, pero que, sin conocer esta modalidad, puede asombrarte la perfección y delicadeza con la que se esculpieron estas estatuas, llegando a marcar los detalles más pequeños e insignificantes de una forma impoluta.