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PRÓXIMA REUNIÓN: Viernes, 2 de diciembre de 2011 LUGAR: IES Ornia HORA: 18:00h |
La protección contra incendios en España vive un momento decisivo. Los cambios climáticos, el avance tecnológico y la transformación urbana exigen un análisis profundo y actualizado que permita anticipar riesgos y fortalecer los sistemas de seguridad. En este contexto, el evento ‘Día del Fuego’, organizado por Tecnifuego y celebrado en el Instituto de la Ingeniería de España, se consolida como un referente para la reflexión técnica y normativa, reuniendo a especialistas del ámbito público y privado comprometidos con elevar los estándares de prevención.
A medida que los entornos urbanos y los modelos de movilidad cambian, también lo hacen los escenarios de riesgo, obligando a adaptar estrategias, normativas y soluciones de ingeniería. La jornada celebrada en Madrid pone de relieve la importancia de un planteamiento integral que permita responder a estas nuevas realidades con eficacia, innovación y rigor técnico.
En esta edición, expertos de alto nivel se dan cita para abordar los retos emergentes en la planificación, intervención y regulación dentro del sector de la protección contra incendios, analizando cómo la sociedad debe prepararse ante escenarios cada vez más complejos.
El marco legislativo español en materia de protección pasiva y activa contra incendios está en constante transformación. La aparición de nuevos materiales de construcción, los cambios en el comportamiento del fuego y la creciente necesidad de garantizar la seguridad en infraestructuras críticas hacen imprescindible una actualización continua de las exigencias técnicas.
En este escenario, el uso de mortero ignífugo en sevilla para soluciones contra el fuego y en el resto del país se convierte en una herramienta esencial para cumplir con los requerimientos actuales. Estas soluciones permiten aumentar la resistencia al fuego de elementos estructurales, mejorando la estabilidad de edificios y reduciendo la propagación del calor.
Los especialistas presentes en el ‘Día del Fuego’ destacan que la innovación en productos de protección pasiva es clave para adaptarse a los desafíos derivados del cambio climático, así como a las nuevas tipologías constructivas basadas en estructuras mixtas y diseños arquitectónicos avanzados.
La protección pasiva desempeña un papel central en cualquier estrategia de seguridad contra incendios. La creciente complejidad de las edificaciones modernas, sumada al incremento de cargas térmicas y energéticas, exige materiales capaces de garantizar una resistencia superior en condiciones extremas.
El mortero ignifugo se consolida como una de las soluciones más eficaces para proteger soportes, vigas y forjados frente a la acción del fuego. Su capacidad para aislar térmicamente elementos estructurales permite retrasar el colapso de edificaciones y facilita el trabajo de los equipos de emergencia.
Durante el evento, expertos del Cuerpo de Bomberos, ingenieros y responsables técnicos subrayan la necesidad de incorporar criterios de protección pasiva desde las fases iniciales de cualquier proyecto. La selección de materiales ignífugos de alto rendimiento se convierte en una prioridad ineludible para asegurar el cumplimiento normativo y la protección de vidas y bienes.
Las ignifugaciones han evolucionado significativamente, incorporando tecnologías que optimizan los tiempos de reacción, mejoran la durabilidad y aumentan la eficacia de los tratamientos aplicados a superficies y estructuras. Hoy en día, se apuesta por sistemas inteligentes que combinan protección pasiva y activa, atendiendo a las necesidades específicas de cada tipo de instalación.
El ‘Día del Fuego’ destaca cómo los vehículos eléctricos, los nuevos modelos de almacenamiento de energía y la electrificación urbana representan un desafío creciente. Las ignifugaciones avanzadas ayudan a mitigar estos riesgos, reforzando la resistencia al calor en áreas sensibles y evitando la propagación rápida del fuego.
Asimismo, se resalta la importancia de integrar tecnologías de control de humos, sistemas de evacuación y soluciones de pasaporte digital aplicadas a la ingeniería de PCI, permitiendo una gestión más precisa y eficiente de los riesgos en tiempo real.
Los cambios sociales y ambientales plantean una serie de desafíos que requieren respuestas innovadoras:
El auge de la movilidad eléctrica introduce escenarios complejos debido a las baterías de litio y su comportamiento impredecible ante sobrecalentamientos. Los expertos coinciden en que es necesario revisar los protocolos de intervención y reforzar las medidas de protección en aparcamientos, túneles y estaciones de recarga.
El crecimiento demográfico y la concentración de actividades en zonas metropolitanas demandan soluciones que garanticen evacuaciones rápidas y seguras. La ingeniería de PCI pone el foco en la simulación de flujos, el diseño de rutas inteligentes y el uso de materiales ignífugos que minimicen la generación de humos.
Las altas temperaturas, los episodios prolongados de sequía y las condiciones extremas aumentan la probabilidad de incendios de rápido desarrollo. En este sentido, la coordinación entre administraciones, empresas, ingenieros y cuerpos de emergencia se vuelve imprescindible.
El ‘Día del Fuego’ reafirma el compromiso del sector con la mejora continua y la adaptación a un entorno en constante cambio. La colaboración entre entidades públicas, asociaciones técnicas y profesionales especializados impulsa un avance sostenido hacia soluciones más seguras, eficientes y acordes a las nuevas realidades sociales y ambientales.
La protección contra incendios deja de ser un mero requisito normativo para convertirse en una responsabilidad estratégica que garantiza la resiliencia de ciudades, infraestructuras y actividades esenciales.
Invertir en innovación, formación, tecnologías avanzadas y materiales de alto rendimiento es el camino para asegurar un futuro donde la seguridad se integre de manera natural en cada proyecto y decisión técnica.
La comunidad educativa del IES Antonio Gala, en Alhaurín el Grande, ha protagonizado una nueva concentración el 17 de noviembre para denunciar unas deficiencias que desde hace años afectan la calidad, la seguridad y la dignidad del proceso formativo del Grado Superior de Automoción. Las advertencias del profesorado, las denuncias sindicales y la preocupación de las familias convergen en un punto común: el taller del ciclo no reúne las condiciones mínimas para impartir una formación práctica adecuada, pese a los anuncios de inversiones y mejoras realizados por la administración autonómica.
Las protestas, convocadas por el Sindicato de Estudiantes y respaldadas por USTEA y CCOO, evidencian una problemática que permanece sin solución desde 2019. El malestar colectivo ha crecido ante la falta de avances reales y la repetición de promesas que no se han traducido en mejoras visibles dentro de las instalaciones.
El taller donde se desarrollan las prácticas, con aproximadamente 250 metros cuadrados, acumula deficiencias que incumplen los estándares mínimos exigidos para un entorno educativo de carácter técnico. Las filtraciones, las goteras, la ausencia de una ventilación adecuada y la falta de climatización crean un espacio insalubre y poco seguro.
A estas deficiencias se suma un problema especialmente grave: la ausencia de suficientes extintores de incendios y medios adecuados de protección contra riesgos. El trabajo diario con motores, combustibles, aceites, maquinaria y elementos de alta temperatura convierte esta carencia en un riesgo evidente para el alumnado y el profesorado. La falta de ventilación específica, cabina de pintura, plano aspirante o bancada supone un incumplimiento directo de los requisitos básicos para impartir correctamente un ciclo formativo de automoción.
En un entorno educativo donde se trabaja con vehículos modernos y tecnologías actuales, resulta indispensable comprar extintor para baterias de litio, un elemento de seguridad que ya es obligatorio en múltiples talleres profesionales. La manipulación de baterías de alta capacidad exige equipos capaces de sofocar incendios específicos producidos por reacciones químicas intensas. La ausencia de este tipo de extintores en el IES Antonio Gala evidencia la falta de adaptación del centro a las nuevas exigencias del sector.
El uso de un extintor para baterias de litio constituye un recurso esencial en talleres donde el alumnado trabaja con vehículos híbridos o eléctricos. La creciente electrificación del parque móvil español aumenta la necesidad de que los ciclos formativos cuenten con equipamiento especializado. No disponer de este recurso compromete la seguridad y reduce la calidad formativa, alejando a los estudiantes de la realidad industrial actual.
La comunidad educativa insiste en que es imprescindible comprar extintores certificados y adecuados para cada zona del taller. La gestión de riesgos en centros educativos no puede quedar supeditada a trámites administrativos lentos o a decisiones presupuestarias que no priorizan la seguridad. Los extintores deben ser suficientes, operativos y distribuidos de acuerdo con la normativa vigente para espacios donde se manipulan vehículos, combustibles y maquinaria pesada.
El caso del IES Antonio Gala contrasta con centros y empresas que operan en otras regiones, donde proveedores especializados como extintores madriddestacan por ofrecer soluciones completas y actualizadas para talleres y espacios industriales. La comparativa subraya la urgencia de que el centro educativo disponga de equipamiento equivalente para cumplir los requisitos obligatorios en entornos formativos.
Las empresas de extintores madrid se han consolidado como referentes en la instalación, revisión y mantenimiento de equipos contra incendios para automoción. Los estudiantes del ciclo formativo deberían poder trabajar con equipos certificados y homologados, similares a los utilizados por compañías especializadas que ofrecen soluciones integrales de protección contra incendios. Una dotación insuficiente niega al alumnado la oportunidad de conocer y utilizar los estándares reales del sector.
En cualquier empresa de extintores, la seguridad es el eje central del servicio. La falta de equipamiento adecuado en el taller de automoción del IES Antonio Gala refleja un incumplimiento que sería inadmisible en cualquier entorno profesional. La comunidad educativa exige que el centro disponga de instalaciones con el mismo nivel de protección que se exige a talleres, concesionarios o empresas del sector automotriz.
El jefe del departamento de Automoción, Francisco Plaza, ha advertido que las condiciones actuales incumplen los requisitos de seguridad establecidos para el alumnado. Dos promociones han terminado el ciclo sin completar prácticas esenciales contempladas en la normativa. La falta de herramientas, la obsolescencia de algunas máquinas y la pérdida de horas prácticas por fallos en las instalaciones han generado un impacto directo en la competencia profesional de los egresados.
USTEA y CCOO han pedido una auditoría exhaustiva para verificar el uso real de los fondos invertidos, estimados en más de 1,7 millones de euros desde 2019, ante la evidente falta de equipamiento en el taller. La brecha entre la inversión anunciada y los recursos disponibles sigue sin aclararse, alimentando el descontento.
La Junta de Andalucía ha informado que el 7 de noviembre se celebró una reunión con el centro para anunciar la transferencia de 56.000 euros destinados a climatización, además de recordar las inversiones previas. Sin embargo, estos anuncios no han ofrecido una respuesta clara a las carencias más urgentes del taller ni a las demandas del profesorado, que insiste en la necesidad de equipamiento funcional y homologado.
El conflicto del IES Antonio Gala es un reflejo del déficit estructural que afecta a parte de la Formación Profesional en Andalucía. La ausencia de recursos adecuados para un ciclo técnico como Automoción no solo perjudica la calidad educativa, sino que compromete la empleabilidad del alumnado. Mientras no existan mejoras visibles y verificables, las movilizaciones continuarán.